Vivir como reina y gastar como plebeya

Cuestionario urbano #1

En la revista Este País publiqué una serie de entrevistas a personajes mexicanos sobre su relación con el espacio que habitan, su ciudad.

En la primera entrega entrevisté a la escritora Amparo Dávila y al arquitecto Teodoro González de León.

Aquí lo que fue publicado:

Jehová marca a Caín por la muerte de Abel y lo hace extranjero de la tierra.

Caín emigra y habita en Nod, al oriente de Edén. Ahí edifica la primera ciudad: Enoc, nombrada igual que su hijo.

La ciudad es construida y nombrada por un hombre errante.

Después viene Babilionia, creada por los hombres en búsqueda de conocimiento y poder. Pero, Jehová interviene y decide detener la construcción de Babel, confundir al hombre por medio del lenguaje.

El hombre anhela llegar al cielo por medio de la ciudad.

La metrópoli del siglo XIX ofrece al hombre incursionar en “los lugares más banales”, dice Francesco Careri.

En 1921 Dada organiza una visita por la ciudad y este “primer readymade urbano de Dada, señala la transición desde la representación del movimiento hasta la construcción de una acción estética que debía llevarse a cabo en la realidad de la vida cotidiana”, dice Careri.

El hombre camina por la ciudad y ésta crea al hombre.

Son los no-lugares del siglo XX, el avión o el aeropuerto, de los que habla Marc Augé, “un espacio que no puede definirse ni como espacio de identidad ni como relacional ni como histórico” los que llevan a lo efímero. Y la experiencia del no lugar “es hoy un componente esencial de toda existencia social”, dice Augé y añade que “en el anonimato del no lugar es donde se experimenta solitariamente la comunidad de los destinos humanos”.

La ciudad y el hombre se conforman.

Sus respuestas aspiran a exhibir un punto de vista…

Regina Reyes-Heroles C.

Entrevistas:

Amparo Dávila

1. ¿Cuál es su lugar favorito de la ciudad?
La Ciudad de México del pasado, esa que era hermosa e incomparable. Mi lugar favorito, hoy en día, es mi casa y mi cuartito lleno de libros.

2. ¿Cuál es su lugar aborrecido?
Cualquiera con aglomeraciones o con ruido, soy gente silenciosa, para escribir se necesita del silencio.

3. ¿Qué ve cuando piensa en la palabra ciudad?
El ayer, la ciudad de ayer que gocé y que ya no es.

4. ¿A qué huele su ciudad?
Hoy huele a gasolina, a los escapes de camiones, antes no olía mal. 

5. ¿Cuál es el sonido de su ciudad?
Los organilleros y el silbato del velador.

6. ¿Por qué parte de la ciudad camina?
Yo llegué a la Ciudad en 1954 de esa fecha hasta 1965 fueron los años que más disfruté. En 1958 me casé con Pedro Coronel, a él también le gustaba caminar mucho y caminábamos por el Centro Histórico, por 5 de Mayo y la calle de Tacuba. Y caminábamos por la noche, eso ahora nadie lo puede hacer. Hoy ya no camino por la ciudad, por eso sólo puedo pensar en la ciudad de ayer, la del pasado y la que recuerdo.

7. ¿Qué cosas le cambiaría a la ciudad en que vive?
Todo lo que me la han cambiado, para regresarla a la que tengo grabada en el recuerdo. 

8. ¿Qué multiplicaría?
A la ciudad del pasado no le multiplicaría nada, era perfecta. A la de hoy tampoco le multiplicaría, le quitaría el ruido.

9. ¿A qué le teme de su ciudad?
A la multitud. Y ahora, a la multitud con la inseguridad.

10. ¿En qué ciudad le gustaría vivir?
A pesar de todo lo que ha cambiado la ciudad, yo ya eché raíces y ya no me iría de aquí. Quizá me hubiera gustado pasar un periodo más largo en París, sin vivir ahí del todo, porque México se añora.

11. Su ciudad en tres palabras.
Ciudad entrañable de ayer. Son cuatro palabras. Quizá diría también que era hermosa, única y elegante.

12. Su ciudad en tres colores.
Los colores de las flores que ponía Uruchurtu en los camellones: blanco, amarillo y rosa.

13. Su ciudad en tres lugares.
Centro Histórico, la Basílica de Guadalupe, la vieja, y el café Konditori que era de Jacobo Glanz, el padre de Margo y donde iba todo el mundo.

14. Su ciudad en tres creaciones.
Hay tres cuentos que escribí que son sobre mi ciudad del recuerdo:  “La noche de las guitarras rotas”, “Estocolmo 3” y “La Rueda”.

15. Su ciudad en tres personajes.
Alfonso Reyes, Agustín Yánez y Federico Pascual del Roncal, un psiquiatra y el papá de Meche Pascual, la actriz. 

16. Su ciudad en un recuerdo.
Con Pedro vivimos en la calle de Río de la Plata y de ahí caminábamos al cine de Insurgentes y después sobre la glorieta en la que cruza la calle de Oaxaca íbamos por una hamburguesa con un alemán que hacía también hot dogs. Ya no creo que exista el sitio del alemán. Caminar la ciudad por la noche, sin pensar, disfrutar los camellones llenos de flores.  

17. Si su ciudad fuera un animal, ¿cuál sería?
La ciudad del ayer era un águila en vuelo, la ciudad de hoy es una serpiente ondulando y buscando a quién picar.

 

teodoro

 

Teodoro González de León

1. ¿Cuál es su lugar favorito de la ciudad?
Los lugares en las ciudades, para mí, no son interiores, sino públicos. La colonia Condesa tiene un atractivo fuerte para mí. Después Coyoacán, por haber vivido ahí y es un lugar al que desde muy chico me llevaba mi madre desde San Ángel en el tranvía que iba por Altavista. Coyoacán era el lugar mágico.

2. ¿Cuál es su lugar aborrecido?
Siempre he sentido mucho rechazo por la colonia Doctores, desde chico, en parte porque ahí le pregunté a mi padre sobre la muerte por primera vez. Y también porque es una zona que me deprime porque no tiene fuerza; es industrial, pero no es industrial, hay casas chaparras y horribles, es un lugar frío.

3. ¿Qué ve cuando piensa en la palabra ciudad?
Un mar construido con puntas que salen, la veo desde arriba. A París, por ejemplo la veo desde abajo, veo calles y el río.

4. ¿A qué huele su ciudad?
En el Centro huele realmente mal, a drenaje. Pero, a veces, en noches frías en la Condesa huele a París.

5. ¿Cuál es el sonido de su ciudad?
En la noches es muy silencioso, en el día suena al repiqueteo de tanta mano de obra componiendo las cosas que se hicieron mal.

6. ¿Por qué parte de la ciudad camina?
Camino por la Condesa. Antes caminaba de la escuela de Bellas Artes, que estaba detrás de Palacio Nacional hasta la Condesa. Todos los días me venía a pie.

En San Ángel no se puede caminar mucho, por las piedras que te hacen ir viendo el piso y no es bonito caminar viendo al piso. Hay que ver hacia el frente y eventualmente volteas a ver por dónde pones el pie, pero si cada paso lo debes vigilar, entonces sólo ves el piso.

7. ¿Qué cosas le cambiaría a la ciudad en que vive?
Que recuperáramos el agua que era el paisaje natural hasta los años 30, los ríos que nos comimos. Necesitamos una reconciliación con el paisaje, recuperar nuestras vistas. Antes, al fondo, siempre veíamos montañas, ahora puro ‘nebluno’ como decía Octavio Paz. Recuperar el lago limpiaría la atmósfera y nos permitiría recuperar la vista. Ríos, agua, paisaje, recuperarlos como el fondo de nuestra ciudad.

8. ¿Qué multiplicaría?
Eso es un multiplicador, sólo la tarea de los ríos es un multiplicador, un trabajo profundo que tenemos que hacer. Porque la ciudad es más verde de lo que imaginamos, pero es un verde desordenado, a lo mexicano. 

9. ¿A qué le teme de su ciudad?

Ahora le tememos a muchas cosas pues tenemos un ambiente sublevado muy peligroso. Pero yo tengo un temor profesional al movimiento del suelo, sobre todo en las obras.

10. ¿En qué ciudad le gustaría vivir?
Para mí es difícil cambiar de ciudad por mi profesión. La arquitectura te fija a un lugar porque la haces con gente que te va conociendo y tú no eliges los edificios, a ti te eligen para hacer los edificios.

En París me siento bien, pero también me siento bien en Tokio, que admiro como ciudad por su dinamismo puro. En Nueva York, por la oferta cultural, Berlín por la música.

Es una pregunta que llega hasta un punto metafísico: ¿por qué nací aquí?, ¿por qué soy de aquí y no de otro lado?

11. Su ciudad en tres palabras.
Empacado consistente, pues aquí con dos pisos se resuelve la gran densidad que en otros lugares se resuelve con edificios altos. Desorden e intensidad.

12. Su ciudad en tres colores.
El verde, sobre todo si la ves desde arriba, aunque sea un verde desordenado que no ayuda al espacio público. Gris por los bloques de cemento que se usan para la construcción. Y las zonas populares se manchan de ciertos colores según la campaña comercial de las empresas que luego les pagan la pintura.

13. Su ciudad en tres lugares.
El Zócalo, que tiene una presencia muy fuerte. La Alameda, aunque sea muy bello desde afuera, pero por dentro siempre esté vacío, tiene un encanto periférico. Y el Paseo de la Reforma. Todos los parques se cancelan, porque son peligrosos.

14. Su ciudad en tres creaciones.
Los edificios de tezontle en el centro, este rojo del tezontle que es un poco solemne y hasta siniestro porque le decían la piedra de sangre. Pero tiene fuerza que los edificios sean rojo oscuro, morado y que no sea pintura, sino piedra.

La Santísima con su doble entrada. En general, los lugares relacionados con la religión están concebidos para decirte: ‘este es un lugar sagrado’.

El Templo de la Enseñanza de Francisco Antonio Guerrero y Torres, con esas esculturas en las que los vestidos son de trapo de tela endurecida con una caída impresionante.

15. Su ciudad en tres personajes.
No veo a nadie en la ciudad. Es anónima.

16. Su ciudad en un recuerdo.
Cuando caminaba de la escuela de Bellas Artes hasta la Condesa a veces venía con dos o tres compañeros platicando. Salíamos a las nueve de la noche y llegábamos a las diez y media. Pero muchas veces hice el recorrido solo, y entonces un perro me seguía. Me lo encontraba en la colonia Juárez y me seguía hasta casi llegar a la Condesa. Siempre iba cien metros atrás de mi, cuando yo entraba a mi casa, él se regresaba.

17. Si su ciudad fuera un animal, ¿cuál sería?
No tengo esa relación, la veo de piedra. Los símiles orgánicos en la arquitectura que se usaron en los años 30 son falsos, pues no es un organismo, no reacciona. Es creación y manufactura urbana, como la hace todo el mundo, no tiene autor, por eso tampoco tiene personajes. 

 

 

 

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