Perdí mi depósito de renta
¿Cómo te puede pasar eso? Hay varias razones por las que puedes perder tu depósito de renta, pero pocos las toman en cuenta.
Primero hay que entender que no importa si rentas o has comprado, donde vives es tu casa, tu hogar, y refleja quién eres. Cuidarlo muestra el respeto que tienes por lo propio.
Ahora, ya en lo legal, el depósito de arrendamiento es un concepto que debe quedar establecido debidamente en el contrato de alquiler. Al firmar un contrato, tanto propietarios como inquilinos adquieren derechos y obligaciones que garantizan la sana convivencia entre ellos antes, durante y al finalizar el contrato, explica Vivanuncios, el portal inmobiliario de eBay.
Uno de los requisitos que se definen en el contrato es el “depósito inicial”, es decir, el monto de dinero que actúa como garantía para el propietario en caso de que el inquilino incumpla con los compromisos señalados. Por regla general, la cantidad es equivalente a un mes de renta, aunque puede incrementar en caso de que no existan requisitos forzosos para formalizar el contrato.
En la mayoría de los casos este depósito es devuelto al inquilino una vez finalizado el contrato de renta.
Las excepciones, según Vivanuncios son:
- No entregar el inmueble como lo estipula el contrato: Todo contrato de arrendamiento debe señalar el estado del inmueble al momento de la entrega. Es decir, debe mencionar que cumple con todos los requisitos y condiciones de higiene y seguridad necesarias para ser habitado, así como los deterioros existentes en paredes, suelos, techos e instalaciones.
- Que no haya más deterioros que los señalados en el contrato, más los causados por el uso normal y razonable del inmueble. En este caso es importante entender que los deterioros causados por el uso normal el propietario no los puede cobrar. Estos incluyen: Alfombras, duelas y pisos desgastados o rayados; pintura desgastada, descascarada o teñida; fracturas en la estructura causadas por situaciones ajenas e incontrolables al inquilino (el caso de los sismos); desgaste en instalaciones (eléctrica, gas o agua).
- Si entregas el inmueble con: ventanas, puertas o pisos rotos; fracturas u hoyos en las paredes (siempre que no sean de estructura); quemaduras en cualquier área; suciedad en exceso (sí, esto cuenta); y mal uso de las instalaciones. Por todo esto, pueden quedarse con tu depósito de renta.
- Facturas pendientes de pago. Si no pagaste los últimos meses de internet o agua y electricidad, entre otros. De hecho, las facturas de servicios que corren bajo la responsabilidad del inquilino deben ser cubiertas y canceladas al finalizar el contrato, en caso contrario, todas las deudas del inquilino se saldarán con el depósito en garantía. De no ser suficiente la cantidad, el propietario puede exigir de manera legal que el inquilino salde la deuda.
- Modificaciones y mejoras al inmueble sin autorización del propietario. Pintar una pared puede que no sea problema, aunque quizá haya que regresarla a su color original, pero no olvides que en la mayoría de los casos, los inquilinos no pueden hacer modificaciones al inmueble sin previa autorización del propietario. Sobre todo, aquellas que puedan afectar la estabilidad o seguridad del inmueble o que cambien drásticamente su apariencia y la de sus accesorios. Y se pone más complicado, porque si realizarste modificaciones sin consentimiento del dueño, este puede reclamar una indemnización por daños y perjuicios y utilizar el depósito de renta para hacer reparaciones u obligar al inquilino a reponer las cosas a su estado previo.
En la mayoría de los casos este depósito es devuelto a
- Es responsabilidad del propietario mantener el inmueble en las condiciones adecuadas para ser habitada. Así que antes de realizar una modificación y perder el depósito, exige que se cumpla lo acordado.
- Al finalizar el contrato, el propietario tendrá un plazo (generalmente de 60 días) para utilizar el depósito en beneficios del inmueble. En caso de que todo se encuentre en buenas condiciones y no haya deudas o irregularidades, debe devolver el depósito en garantía.
- La relación entre propietario e inquilino puede ser armoniosa si cada uno cumple con sus obligaciones. La mayoría de los conflictos se pueden evitar cuando hay un documento de por medio y no solo la buena voluntad de ambas partes. Como siempre, es mejor cuando el papelito habla.
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